8 de junio de 2011

Personajes a Fondo: Juan

Juan es un chico muy normal. Por fuera, en su vida, todo es tranquilo. Pero por dentro, la cabeza de Juan vive a un ritmo distinto que por fuera. De pequeño era nervioso, intranquilo, le encantaba jugar y divertirse con sus amigos. También era travieso, y tenía muy mala puntería. Siempre que hacían algo de risas y Juan se pasaba, acababa mal la cosa. Por ejemplo, una vez jugando al fútbol en el patio del recreo, cogió el balón y chutó hacia su amigo (en tono de broma), con tan mala suerte que le dio en la cabeza. Le rompió la nariz y las gafas. Y así, infinidad de veces.

Pero ahora es distinto. Su padre ha ido moldeando su personalidad. Y cuando digo moldeando me refiero a moldeando de verdad. Juan era una persona creativa, le gustaba la música y le fascinaba encontrar y probar cosas nuevas. Pero ahora ya no. Su padre ha ido matando ese pequeño resquicio de creatividad desmesurada de su hijo. Piensa que esa vida no lleva a ningún sitio. Solo se preocupa por el dinero, y se lo ha hecho saber una vez tras otra.

El agobio y la presión en un chaval de 16 años que tiene que soportar cómo su padre le dice, fin de semana tras otro, que le está pagando un colegio de una burrada de dinero y que lo está tirando a la basura han hecho mella en él. Sin prisa pero sin pausa ha ido tirando su adolescencia a la basura. Tenía inquietudes, pero ahora ya no.

Cuando vuelve hacia atrás la mirada no puede sino sonreír, recordando los tiempos en los que era libre. Los tiempos en los que su padre no tenía que machacarle la oreja con el puto tema del dinero. Puto dinero. Puto dinero.

La vida no se traduce en puto dinero, y Juan lo sabe. Pero su padre se esfuerza por metérselo en la cabeza, y poco a poco lo ha conseguido.

Juan reprime sus instintos más básicos de ser un chaval pequeño. De pintar, recortar y colorear su vida, que ahora es más gris que nunca.

Pero su vida está a punto de cambiar. Un sueño y una serie de sucesos han hecho que cambie su modo de ver la vida. El odio que siente hacia su padre por la presión que le ha estado metiendo en la cabeza estos años atrás ha ido disminuyendo. Ahora le comprende, ahora sabe por qué le metía caña con el tema del dinero.

Ahora Juan quiere a su padre, pero todavía siente que no está preparado para decirle lo que acaba de descubrir. Juan ha abierto una puerta en su mente a la creatividad, y ésta fluye desmesuradamente por ella. A duras penas, con un bolígrafo siempre en el bolsillo y, si no tiene papel, apuntándose las ideas en la mano, Juan se ha vuelto una persona creativa.

Ha conseguido traducir su creatividad a través de la música, de la fotografía y del cine. Juan es una persona renovada, Juan ha crecido pero, para su padre, sigue siendo el mismo chaval inocente y simple de antes.

Raúl
Ya hablamos...