Si utilizáis Internet con frecuencia es probable que os suene la palabra Torrent. No obstante, no es un término que la mayoría sepa describir.
A comienzos del siglo, los programas de descarga de archivos como eMule o eDonkey ganaron popularidad por su facilidad de uso y eficacia a la hora de descargar archivos de música, películas, programas, etc.
Estos programas utilizan un sistema de intercambio de ficheros Peer To Peer (o P2P), en español una red punto a punto. Éste se basa en una red de computadoras conectadas entre sí, a través de Internet, en la que todos los ordenadores se comportan como iguales entre sí. Esto significa que un ordenador puede descargar un fichero de otro (cliente) y, a la vez, proporcionarle a otro ordenador otro archivo distinto (servidor).
Básicamente significa que, si yo me descargo una película, otra persona puede utilizar mi ordenador como servidor para descargársela.
Con el paso del tiempo, este sistema ha ido evolucionando hasta crear los archivos .torrent, que son aquellos que puedes bajarte para iniciar la descarga de algún fichero de tu interés (película, programa…).
El primer paso es bajarse un programa como BitTorrent o uTorrent que administre tus descargas. Una vez instalado, para encontrar los archivos .torrent existen infinidad de buscadores de Torrents. El más popular es Torrentz, un potente buscador donde introduces lo que quieres bajarte, seleccionas un servidor, y te bajas el fichero.
Cuando lo tengas, lo abres con el programa BitTorrent (o cualquiera que uses) y, automáticamente, te gestiona la descarga. Puede parecer complicado al principio pero, creedme, es bien sencillo. ¡Si es que el que no descarga es porque no quiere, amigos!
Raúl
Ya hablamos...
